Último día de negociaciones para evitar el naufragio de la altamar
Los Estados miembros de la ONU se esfuerzan este viernes en superar sus divergencias y lograr un acuerdo para proteger la altamar, un tesoro frágil y vital que cubre la mitad del planeta.
Tras quince años de negociaciones informales primero y después formales, los negociadores llegan al final de dos semanas de la tercera ronda de negociaciones en menos de un año en Nueva York.
"Estén dispuestos a correr un maratón hasta la línea de llegada y concéntrense en el trabajo que queda por hacer", dijo el jueves Rena Lee, presidenta de esta conferencia que podría prolongarse hasta la madrugada del sábado.
Todavía quedan varios puntos de fricción en la mesa: el procedimiento para crear zonas marinas protegidas, modalidad para llevar a cabo estudios de impacto para el medioambiente de las actividades previstas en altamar o distribución de los potenciales beneficios procedentes de los recursos marinos genéticos.
"Estamos todavía bastante lejos de un texto limpio", comentó Liz Karan, de la ONG Pew Charitable Trusts.
En esta carrera final, los observadores esperan un empujón de la conferencia "Nuestro Océano" que se realiza paralelamente en Panamá, en presencia de varios ministros que analizan la protección y explotación sostenible de los océanos.
"La vida en la Tierra depende de un océano con buena salud. El nuevo tratado sobre altamar será vital para nuestro objetivo común de proteger el 30% de los océanos para 2030", dijo Mónica Medina, responsable de los océanos en el Departamento de Estado estadounidense.
En diciembre, el conjunto de los gobiernos del mundo se comprometieron a proteger el 30% de las tierras y océanos para 2030. Un desafío imposible sin incluir la altamar, de la que solo está protegida en torno al 1%.
La altamar comienza donde terminan las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de los Estados, a un máximo de 200 millas náuticas (370 km) de la costa, por lo que no está bajo jurisdicción de ningún país.
Pese a que representa más del 60% de los océanos y casi la mitad del planeta, ha sido ignorada durante mucho tiempo ya que la atención se ha centrado en las zonas costeras y las especies emblemáticas.
- Equidad Norte-Sur -
Y eso pese a que los ecosistemas oceánicos fabrican la mitad del oxígeno que respiramos, limitan el calentamiento al absorber parte del CO2 que genera la actividad humana y alimenta a una parte de la humanidad. Pero están amenazados por el cambio climático, la contaminación de todo tipo y la sobrepesca.
"Pese a los diferentes flecos pendientes -y la lista es larga- mi impresión es que habrá un acuerdo al final de esta sesión", dijo a la AFP Li Shuo, de Greenpeace.
Para él, hay voluntad política y todo se resume "al Norte contra el Sur, al asunto de la justicia y la equidad".
Los países en desarrollo están preocupados por no ser parte plena del tratado debido a la falta de recursos financieros y temen verse privados del trozo de la torta de la comercialización de potenciales moléculas milagrosas que podrían ser descubiertas en aguas internacionales.
Tras el anuncio percibido como un gesto para reforzar la confianza Norte-Sur, la Unión Europea prometió en Nueva York 40 millones de euros (42,4 millones de dólares) para facilitar la ratificación del tratado y su aplicación inicial. Asimismo, también anunció en Panamá más de 800 millones de euros (848 millones de dólares) para proteger los océanos para 2023.
Según observadores interrogados por la AFP, resolver los aspectos financieros, políticamente muy sensibles, podría desbloquear todo lo demás y permitir al fin someter el texto a la aprobación de la conferencia.
"Nadie ha abandonado todavía", comenta Nathalie Rey, de la Alianza High Seas que agrupa a una cuarentena de ONG. Un tercer fracaso enviaría una "mala señal" ante la voluntad política manifestada.
En caso de acuerdo, resta por saber si el texto será suficientemente sólido para proteger eficazmente los océanos.
"La adopción de un acuerdo robusto y ambiciosos en esta sesión puede suponer un paso importante para revertir las tendencias destructivas y mejorar la salud de los océanos para las generaciones futuras", insistió esta semana el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
(B.Izyumov--DTZ)