Los servicios de inteligencia austriacos, en alerta ante los "antivacunas" sin fronteras
El nuevo jefe de los servicios de inteligencia de Austria está alarmado por la radicalización de los activistas que se oponen a las vacunas y a las restricciones contra el covid-19, que no dudan en cruzar las fronteras para "difundir su ideología extremista".
Austria es un terreno propicio dado el establecimiento de la vacunación obligatoria a partir del 4 de febrero, explicó Omar Haijawi-Pirchner, de 41 años, en una entrevista con la AFP, la primera concedida a la prensa extranjera.
El proyecto desencadenó una ola de manifestaciones masivas en Viena, a las que acudieron muchos extranjeros, sobre todo de las vecinas Alemania y Suiza.
"Muchos activistas están muy radicalizados" y aprovechan esos momentos de encuentro para "sostener reuniones y construir una red" con "sus socios de extrema derecha", en un contexto de "antisemitismo", subraya este expolicía.
Esos militantes propagan sus ideas de ciudad en ciudad, a medida que la gente se harta de las restricciones sanitarias.
De Francia a Holanda, de Alemania a Bélgica, varios países europeos se han visto sacudidos por manifestaciones, a veces violentas, en los últimos meses.
En Austria, "estamos viendo amenazas a las infraestructuras estratégicas", aseguró Haijawi-Pirchner, citando los medios de comunicación, los políticos y el personal de salud como objetivos.
Las autoridades establecieron recientemente perímetros de protección alrededor de hospitales, centros de pruebas anticovid y de vacunación por temor a disturbios.
- Escándalos en serie -
Haijawi-Pirchner, de padre de origen jordano y madre austriaca, asumió la dirección de los servicios de inteligencia en diciembre, tras una carrera en la policía.
Su tarea es restaurar la imagen de la agencia empañada por una serie de escándalos relacionados con Rusia.
El antiguo BVT, rebautizado DSN (Dirección de Seguridad Nacional y de Inteligencia), se ha reorganizado por completo en un intento de olvidar lo que su nuevo jefe llama modestamente "incidentes".
A inicios de 2018, hubo servicios de otros países que limitaron su cooperación con Austria, un país neutral que no es miembro de la OTAN, por temor a filtraciones hacia Rusia.
Consideraban que su fiabilidad se vio afectada tras la llegada al Ministerio del Interior del político de extrema derecha Herbert Kickl, cuya agrupación FPÖ estaba vinculada con el partido Rusia Unida de Vladimir Putin.
El ministro había provocado un escándalo nacional al hacer registrar, apenas tomó sus funciones, la sede del BVT, cuando se decomisaron muchos documentos sensibles.
Austria también fue sacudida por embarazosos casos de espionaje en provecho de Moscú, en los que estaban implicados un coronel, antiguos agentes secretos y un alto diplomático.
Desde su llegada, Haijawi-Pirchner ha incrementado los "intercambios con socios" de otros países para restablecer gradualmente la "confianza".
"Somos conscientes" de que ese proceso llevará "meses, incluso años", dijo.
Los servicios secretos también tienen que abordar sus deficiencias en la lucha contra el terrorismo.
La investigación sobre un atentado islamista en Viena en noviembre de 2020 reveló deficiencias: el BVT no había reaccionado a pesar de numerosas advertencias de los servicios secretos vecinos en los meses anteriores a la tragedia.
Los conservadores acusaron entonces a la extrema derecha de haber "arruinado" la institución durante su mandato, dejando a Austria vulnerable.
Haijawi-Pirchner asegura que la comunicación entre los servicios ha mejorado desde entonces para evitar ese tipo de errores.
"No podemos prevenir un ataque terrorista al 100%, pero la DSN ahora está mejor armada", prometió.
(S.A.Dudajev--DTZ)