El combate de un hijo para la legalización "vital" de la eutanasia en Reino Unido
Ian Douglas, un ingeniero y economista londinense que padecía esclerosis múltiple, se suicidó en febrero de 2019, en un estado muy avanzado de su enfermedad. Desde entonces, su hijo Anil ha hecho campaña para legalizar la eutanasia en Reino Unido.
Un proyecto de ley sobre este delicado tema, que divide a la opinión pública británica, será examinado el próximo viernes por los diputados de la Cámara de los Comunes, a iniciativa de una legisladora de la mayoría laborista.
"Si la ley hubiera estado en vigor cuando mi padre murió, podría haber tenido una muerte mucho más segura y suave" y "podríamos haber pasado por esto emocional y psicológicamente juntos", afirma Anil a AFP, en su casa de Walthamstow, al noreste de Londres, recordando que su progenitor no avisó a nadie de que iba a poner fin a sus días.
En la gran estantería de su salón, una fotografía muestra a su madre, fallecida debido a un cáncer en 2008, y a su padre, cuando la enfermedad no lo había mermado demasiado.
"En el momento de su muerte, estaba verdaderamente discapacitado, había perdido su dignidad corporal, sus funciones básicas de movilidad, sufría dolores neurológicos muy intensos y muchos efectos secundarios de la enfermedad", recuerda Anil, de 35 años.
"Apenas podía levantar la mano para alimentarse", añade.
- Situación actual "peligrosa" -
Su suicidio, el día antes de su sexagésimo cumpleaños, fue un shock para toda la familia.
Como el suicidio asistido es ilegal y se castiga con 14 años de prisión, Ian se quitó la vida sin decírselo a nadie cercano, comprando pastillas en secreto en una web.
"Era muy decidido y testarudo en no querer perder su independencia y sus capacidades físicas. Así que supongo que no es sorprendente que decidiera controlar el final de su vida", explica Anil.
Quienes se oponen a la legalización del suicidio asistido temen que este pueda hacer que se incite a las personas vulnerables a poner fin a sus días.
Pero para Anil, "la ley actual es peligrosa. Les obliga [a las personas moribundas] a tomar decisiones radicales, en completo aislamiento, sin protección. Esto es exactamente lo que hizo mi padre", dijo. Para él, es "vital" que la ley cambie.
Después de su muerte, sus seres queridos descubrieron que Ian había intentado suicidarse dos veces antes de lograrlo, un final que los médicos atribuyeron a problemas gástricos.
"Lo que hizo fue obviamente un acto de recuperación de la autonomía, pero también fue extremadamente peligroso y arriesgado", debido a la legislación vigente, considera Anil.
En las horas siguientes a su muerte, la policía llegó a la casa del padre de Anil, como es habitual en una situación así, y confiscó su teléfono, su ordenador, y también los de Anil y su hermana.
- La policía miraba "con suspicacia" -
"Esta experiencia fue muy traumática e inquietante", cuenta Anil, quien recuerda sentir que la policía lo miraba "con suspicacia".
Desde la muerte de su padre, Anil participa en la asociación Dignity in Dying (Dignidad al morir), que hace campaña en Reino Unido por la legalización del suicidio asistido.
Esta asociación defiende el proyecto de ley presentado por la diputada laborista, que prevé autorizarlo en Inglaterra y Gales a adultos que padezcan una enfermedad incurable y que tengan una esperanza de vida inferior a seis meses, previa autorización de dos médicos y un juez, y que sean capaces de tomar los medicamentos causándose ellos mismos la muerte.
Un marco estricto, mucho más que el vigente, por ejemplo, en Países Bajos, Bélgica o Canadá, y que contiene "medidas apropiadas de protección contra la coerción", defiende Anil, que participó en varios encuentros organizados por Dignity in Dying en los últimos meses.
Anil se declara "optimista" y recuerda que varias encuestas recientes muestran el apoyo de la mayoría de los británicos al suicidio asistido.
El próximo viernes, Anil regresará delante del Parlamento cuando los diputados debatan el texto, esperando que sean "valientes".
(L.Møller--DTZ)