Orban, considerado una "oveja negra" en la UE, saborea su momento de gloria en la cumbre en Hungría
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, saboreó el jueves su momento de gloria en Budapest, donde recibió a casi medio centenar de jefes de Estado y de gobierno pese a ser a menudo una "oveja negra" entre sus pares europeos.
La capital de Hungría, Budapest, acogió el jueves la V cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), que reúne a los 27 miembros de la UE y a una veintena de invitados.
"Para mí, fue un momento muy especial ver a toda Europa reunida en el redil de su oveja negra", ironizó ante la prensa el primer ministro de Albania, Edi Rama.
A su lado, el jefe de gobierno húngaro aprovechó el momento para hablar de sus temas predilectos: desde un cese el fuego en Ucrania hasta la lucha contra la migración irregular.
Pero esta vez, utilizó un tono diplomático y muy alejado de sus virulentos ataques habituales contra el ejecutivo de la UE, con sede en Bruselas.
Desde que Hungría asumió en julio la presidencia europea semestral rotativa, el dirigente nacionalista no dejó de irritar a sus socios europeos, entre otros por su visita a inicios de julio en Moscú, que no fue concertada por los otros miembros del bloque.
Orban es el único líder de un Estado miembro que permanece cerca de Moscú desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
Durante la cumbre, se mantuvo cordial con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aunque se podía notar cierta crispación en sus rostros.
También abrazó al presidente francés, Emmanuel Macron, y mantuvo un educado intercambio con el dirigente turco, Recep Tayyip Erdogan.
- "Línea directa con Trump" -
La cumbre, además de celebrarse en su país, tuvo lugar en su propio estadio: el Puskas Arena, que el dirigente aficionado al fútbol encargó construir en 2019.
"Toda Europa está sobre el terreno", celebró el dirigente nacionalista en redes sociales, antes de posar bajo la cúpula junto a sus invitados.
Orban es un anfitrión cordial pero "imprevisible", declaró a AFP Stefano Bottoni, historiador italo-húngaro de la Universidad de Florencia.
"No me sorprendería que hiciera un Orban y sorprendiera a su público", añadió, mientras circularon rumores de una videoconferencia con Donald Trump, quien ganó las elecciones presidenciales el martes.
El dirigente húngaro celebró los "fantásticos" resultados de los comicios estadounidenses, que festejó ese día desde Kirguistán "con vodka".
Tras la victoria de su "amigo", al que apoyó desde 2016, Orban "está en la posición que más le gusta: ser un puente" entre la UE y Estados Unidos, como líder de un "país muy pequeño" de Europa Central.
El primer ministro húngaro tiene una línea directa con Trump, afirman sus partidarios. Y los vínculos entre los círculos intelectuales estadounidenses y húngaros se intensificaron considerablemente en los últimos años.
- "Un símbolo" -
El bando de Orban no esconde su optimismo.
"Dicen que estamos desesperadamente aislados", pero cerca de cuarenta dirigentes acudieron a Budapest, entre ellos el jefe de Estado ucraniano, ironizó en Facebook Tamas Menczer, responsable de comunicación del partido gobernante Fidesz.
"Y mientras tanto, el gobierno alemán colapsa, Francia perdió desde hace mucho su reputación de estabilidad política y la lista continúa", agregó.
Los dirigentes europeos boicotearon desde julio las reuniones europeas organizadas en la capital húngara. Pero esta vez están presentes.
La cumbre, en la que Orban pudo mostrar sus buenas relaciones con Turquía, Georgia y Serbia, es "todo un símbolo", opinó Zoltan Kiszelly, un experto cercano al gobierno.
Orban ha estado bajo presión en Hungría, que sufre una crisis inédita desde su regreso al poder en 2010, con la irrupción de un nuevo rival y manifestaciones masivas.
Pero el dirigente ve ahora cómo se alinean los astros con el regreso de Trump a la Casa Blanca y el auge de los movimientos populistas en Europa.
(V.Sørensen--DTZ)