La delicada vainilla empieza a revelar sus secretos
Los científicos ya han identificado más del 80% del génoma de la vainilla, un paso esencial para poder desarrollar variedades más robustas de esta delicada planta, propensa a las enfermedades.
Las vainas de Vanilla Planifolia contienen un néctar negruzco y pegajoso que sirve para dar un perfume reconocible a la cocina, en el mundo entero.
Pero esta especie, que representa más del 95% de la producción de la esencia de vanilina en el planeta, tiene un serio problema, que incide en su precio: su diversidad genética es muy reducida y por ello es vulnerable a una enfermedad temible, la fusariosis, que también afecta a otras plantas, como las papas o el banano.
Lograr nuevas variedades más resistentes exige "mucho tiempo, de siete a ocho años, grano a grano", explicó a la AFP la genetista Carine Charron, coautora de un estudio publicado este jueves en Plants Communication.
Hasta ahora los investigadores tan solo disponían de un tercio de la secuencia del genoma de la Vanilla planifolia, lo que impedía localizar los genes que favorecen el cruce de variedades.
Un consorcio investigador francés inició en 2017 la secuenciación del resto del genoma de la Vanilla planifolia en la isla de La Reunión, donde está situada la mayor colección de vainillas del mundo.
La planta, que pertenece a la familia de las orquídeas, tiene una característica muy particular.
Casi un tercio de su génoma está concentrado en el núcleo de las células de la planta, lo que dificulta la localización de los dos tercios restantes, si se utiliza los métodos clásicos de secuenciación.
"Hemos logrado sortear en parte este problema mediante la investigación en los tejidos nucleares de la planta" que contienen todo el ADN repartido de forma regular, explicó a la AFP Quentin Piet, estudiante de doctorado de la universidad de La Reunión y principal autor del estudio.
Con este catálogo de más de 59.000 genes, disponible en una plataforma en línea, los investigadores podrán acelerar los programas de mejora de variedades.
"Podremos averiguar más rápidamente si un cruce de variedades de plantas posee un gen que estemos buscando, para poder seguir con el proceso de selección", explica Carine Charron, responsable de la colección de vanillas de un organismo científico francés, el Cirad, con más de 500 variedades.
El primer objetivo es lograr una planta que resista a la fusariosis. "Es una enfermedad crónica, un hongo que se come las raíces y que afecta mucho a la Vanilla Planifolia", explicó a la AFP Michel Grisoni, investigador del Cirad en Madagascar.
El 80% de la producción mundial de vanilla se concentra en esta isla del Océano Índico, muy por delante de Indonesia, México y La Reunión.
La fusariosis es un hongo persistente, que contamina el suelo en Madagascar desde hace un siglo y medio como mínimo. La enfermedad "obliga al cultivador a colonizar nuevos terrenos", añade el investigador.
Este experto asegura que el cambio climático está perjudicando también las plantaciones, con temperaturas más elevadas en México, que interrumpen el ciclo reproductor de la planta.
Por ello "hay que desarrollar variedades que se adaptan mejor a las condiciones extremas, y que resistan mejor a las enfermedades".
Eso redundará a su vez en la diversidad aromática de la vaina de la vanilla, el ovario de la flor que tras ser polinizada manualmente, "sólo se abre durante 24 horas".
(W.Budayev--DTZ)