Un Hong Kong menos libre y más desigual tras cinco años de mandato de Carrie Lam
Hong Kong se ha convertido en una ciudad más desigual, menos libre y sin su brillo internacional después de cinco años de liderazgo de Carrie Lam, cuyo mandato ha estado marcado por las protestas prodemocracia y el covid, dicen los analistas.
El próximo domingo, John Lee, antiguo responsable de seguridad de la ciudad, será confirmado como el próximo jefe ejecutivo de Hong Kong por un selecto comité de 1.463 personas.
Lam, que dejará el cargo a finales de junio, fue la primera mujer en dirigir Hong Kong, y asumió el cargo prometiendo sanar las divisiones y solventar los problemas de calidad de vida, especialmente la persistente crisis de la vivienda.
Pero su mandato se vio dominado por las masivas protestas prodemocracia y la consiguiente represión de Pekín, seguidas por la pandemia del coronavirus y la aplicación de una estrategia de covid cero que ha aislado a este centro de negocios internacional.
De hecho, Lam dejará su cargo con los peores índices de valoración de cualquier líder desde la retrocesión a China de la antigua colonia británica.
- Pobreza y pisos minúsculos -
Su gobierno sobrevivió las protestas masivas de 2019, pero muchos consideran que fracasó al aportar las mejoras sociales prometidas que, incluso según el poder comunista chino, están en el corazón de "los arraigados conflictos" de la ciudad.
El año pasado, 1,65 millones de hongkoneses (casi un cuarto de la población) vivían bajo el umbral de pobreza del gobierno, fijado en unos 560 dólares mensuales para un hogar unipersonal, cifra que representa un tercio del alquiler de un apartamento de 40 m2 en la zona más barata de la ciudad.
La pobreza no había alcanzado estos niveles desde que comenzaron a hacerse estas estadísticas, hace 12 años.
"Las bases han sido muy desatendidas", dice Sze Lai-shan, subdirector de la ONG Society for Community Organization.
"A veces parece que (el gobierno) vive en un planeta distinto".
Incluso, los progubernamentales destilan decepción.
"Se puede decir que (Lam) ha trabajado muy duro, pero ha conseguido poco en resolver los problemas de calidad de vida que se están deteriorando", dijo a AFP Lau Siu-kai, un veterano asesor de Pekín en esta ciudad.
El pasado julio, el encargado del gobierno chino para los asuntos de Hong Kong, Xia Baolong, pronunció un discurso que mostró la impaciencia de Pekín ante la crisis de la vivienda, un aspecto pendiente de resolver desde la devolución de 1997.
La ciudad debe "decir adiós" a las minúsculas casas y a las diminutas habitaciones en apartamentos compartidos en que malviven unos 220.000 habitantes, dijo Xia.
Hace años que Hong Kong es el mercado inmobiliario más caro del mundo, con un precio medio de la propiedad 23 veces superior al ingreso medio de un hogar, según un estudio este año.
Aunque Lam aumentó el parque de viviendas públicas, la demanda creció todavía más y la lista de espera para estas viviendas llegó a seis años.
- Éxodo -
Los últimos dos años del mandato de Lam han sido testigo de un histórico éxodo de habitantes que huían de la represión política o de las restricciones por la pandemia, que están entre las más duras del mundo.
Las salidas se acentuaron este año cuando la transmisible variante ómicron provocó un fuerte brote con más de 9.000 víctimas mortales, la mayoría ancianos no vacunados.
Un total de 160.000 personas se fueron de Hong Kong en el primer trimestre del año, marcado por un endurecimiento de las restricciones sanitarias y el temor a un aislamiento y a la separación de familias si algún miembro daba positivo.
Lam reconoció recientemente que estas medidas provocaron un éxodo de importantes talentos en las numerosas empresas extranjeras de la ciudad.
Pero no ha sido el único éxodo. Muchos locales han marchado temerosos de los esfuerzos de Pekín para controlar las libertades que otorgó a esta ciudad en la devolución de 1997.
Tras acabar con las protestas de 2019, China impuso una ley de seguridad nacional que ha criminalizado la disidencia y ha permitido la detención de 182 personas.
La mayoría de líderes prodemocracia de Hong Kong están en la cárcel o se han exiliado.
En el informe anual de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicado esta semana, Hong Kong cayó del puesto 80º al 148º.
Frances Hui, disidente exiliada en Estados Unidos, describe a Lam como "un esbirro obediente" de la agenda del presidente chino Xi Jinping. "Ella aceleró la supresión de libertades", dijo a AFP.
La diáspora de Hong Kong crece progresivamente en lugares como Reino Unido, Canadá y Estados Unidos. "No esperaba que participar en el activismo me llevará a buscar asilo", dice Hui.
"Esto muestra cuán bajo ha caído Hong Kong", añade.
(V.Varonivska--DTZ)