Chileno Nicolás Zepeda niega haber matado a su exnovia japonesa durante su juicio en Francia
El chileno Nicolás Zepeda negó este martes "con toda su fuerza" haber matado a su exnovia japonesa Narumi Kurosaki en 2016, durante la primera audiencia del juicio por asesinato en un tribunal del este de Francia.
"Quiero claramente decir que yo no maté a Narumi, yo niego con toda mi fuerza los cargos que se me reprochan", declaró el hombre de 31 años ante un juez de Besanzón, frente al cual agradeció "la oportunidad de responder a una acusación monstruosa".
Zepeda está acusado de haber acabado con la vida de Narumi Kurosaki, que tenía 21 años en aquel entonces. La joven se encontraba estudiando el idioma en Francia y desapareció el 4 de diciembre de 2016. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Zepeda, que podría enfrentarse a cadena perpetua, fue extraditado desde Chile en 2020 y desde entonces se encuentra encarcelado en régimen de aislamiento por la repercusión mediática del caso. Está defendido por Jacqueline Laffont, que fue la abogada del expresidente francés Nicolas Sarkozy.
En la sala, donde también se encontraban sus padres, que viajaron expresamente desde Santiago de Chile, y la madre y la hermana menor de la víctima, Taeko y Kurumi Kurosaki, llegadas desde Tokio, el chileno, que vestía camisa azul y corbata oscura, clamó su inocencia.
"Hace cinco años que Narumi despareció y desde entonces ha sido una pesadilla", declaró el acusado con voz un tanto trémula. "Tengo presente a Narumi en mis pensamientos, la inmensa pena de su familia, de su mamá, no hay día que pasa que yo no los tenga presentes", agregó.
Durante su comparecencia, Taeko y Kurumi Kurasaki escuchaban atentas, observando fijamente a Zepeda, cuya mirada habían evitado hasta entonces.
"Espero sinceramente que este juicio traiga verdad, la verdad que, en cualquier caso, necesitamos para encontrarla", dijo.
- ¿Venganza? -
En esta primera audiencia, Zepeda contestó brevemente a algunas preguntas del presidente del tribunal, Matthieu Husson, y sostuvo que el motivo de su viaje a Europa a fines de noviembre de 2016 era "aclarar mis ideas" porque "debía tomar la decisión de si empezaba a trabajar o de si seguía estudiando", por lo que consideró "Europa como una opción".
Según el chileno, el encuentro con su exnovia en Besanzón fue fortuito. "Yo no tenía conocimiento de la agenda de Narumi, pero sí tenía en mente que era posible que estuviera cerca", admitió.
Nicolás Zepeda afirma que pasó la noche del 4 al 5 de diciembre y también el día 5 con su exnovia. La habría dejado, en buen estado de salud, el día 6 sobre las 04H30 de la madrugada, tras lo cual habría continuado con el viaje por Europa que tenía previsto hacer.
"Ni su relación ni su trayectoria ni su personalidad aportan ningún elemento que pudiera explicar o anunciar que actuara de ese modo", insiste la defensa.
La acusación, en cambio, propone otra versión: Zepeda no habría soportado que Kurosaki rompiera su relación, el otoño anterior, y, por ello, viajó a propósito a Besanzón, donde la joven se encontraba estudiando francés, para verla por sorpresa.
El chileno la habría asfixiado en su habitación del campus universitario y luego se habría desecho del cuerpo en un bosque del Jura, en la misma región. A continuación, habría enviado varios mensajes a los allegados de Kurosaki por las redes sociales, haciéndose pasar por su víctima, para ganar tiempo antes de regresar a Chile.
- Otros escenarios -
Las partes civiles --la familia de Narumi Kurosaki y el novio que tenía en el momento de su desaparición, Arthur del Piccolo-- esperan que Zepeda proponga "otros escenarios [distintos] del que le acusa".
"No tenemos estrictamente ninguna duda sobre la implicación de Zepeda porque numerosos elementos del dosier establecen esta implicación", señaló Randall Schwerdorffer, abogado de Del Piccolo, en días previos al proceso.
Entre esos elementos se encuentran los datos de telefonía móvil, la geolocalización del vehículo que alquiló Zepeda durante su estancia en Francia o varias compras hechas con tarjeta de crédito, como la de unas cerillas y una lata de líquido inflamable.
En la noche del 4 al 5 de diciembre, los estudiantes que se alojaban en la misma residencia universitaria en la que vivía Kurosaki escucharon unos "gritos de terror", unos "estridentes gritos de mujer" como "en una película de terror", como si "estuvieran asesinando a alguien". Pero ninguno de ellos avisó a la policía.
Además, los mensajes que Zepeda envió a los familiares de Kurosaki habrían servido para despistar, según la acusación, lo cual retrasó todavía más el aviso de desaparición a las autoridades, que no se produjo hasta el 13 de diciembre.
El proceso, que empezó este martes, se prolongará hasta el 12 de abril, según el programa oficial.
(T.W.Lukyanenko--DTZ)